1761.
El examen de la contribución de Mayer al premio de la Longitud se extiende en el tiempo. En repetidas ocasiones envía cartas lunares mejoradas a Londres. Nevil Maskelyne hace un viaje por mar a St. Helena y prueba con éxito el método de Mayer para el cálculo de la longitud. En el mismo año Niebuhr comienza su viaje a Arabia.
1762.
Mayer recibe las primeras noticias del viaje a Arabia de Niebuhr: Esto también confirma el procedimiento para el cálculo de la longitud. El 20 de febrero, Mayer muere poco después de su cumpleaños número 39, probablemente como resultado de una epidemia de fiebre tifoidea relacionada con la guerra. La viuda de Mayer lucha por una decisión en el comité del Premio a la Longitud.
1765.
Mayer se adjudicó póstumamente una parte del premio de la longitud. Su viuda recibe 3.000 de las 20.000 libras asignadas, una suma equivalente a un millón de euros en la actualidad. La mayor parte del dinero del premio se otorga a otro participante: el relojero John Harrison con su cronómetro marino.
Información – antecedentes:
En 1765, tres años después de su muerte, Tobias Mayer recibió £ 3,000 por el desarrollo de un método para la determinación exacta de la longitud geográfica. Más de 50 años antes (1713), el Parlamento británico había ofrecido el „premio de la Longitud“ para que la flota británica que operaba en todo el mundo pudiera obtener datos confiables sobre la posición de sus barcos. Hasta entonces, la información era muy inexacta y llevó una y otra vez a devastadores naufragios. Así, en 1707, cuatro buques de guerra británicos se hundieron en los arrecifes de las Islas Scilly y más de dos mil infantes de marina se ahogaron, porque el capitán no conocía la posición del barco. Como es sabido, el inglés John Harrison ganó el primer premio con sus relojes desarrollados especialmente para la navegación. La solución al problema de Tobias Mayer fue que hizo que el cielo estrellado fuese „legible“ como un reloj. Calculó de antemano la posición de la luna respecto a los planetas, y en las tablas compiladas se podía leer la hora respectiva en Londres. Ahora solo necesitaba comparar su propia hora local con ella y la diferencia de tiempo resulta en la diferencia en la longitud geográfica entre estos dos lugares. El mérito de Mayer radica en el pronóstico preciso de la órbita lunar, resultante de la simplificación de los cálculos y los métodos de cálculo, así como en la precisión de las mediciones (instrumentos de medición y métodos de medición). Con sus métodos se alcanzó un alto nivel de precisión. La medición de las „distancias lunares“ es hasta hoy un método confiable para determinar la longitud de un lugar.